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Del sueño europeo a la Intercontinental 

 

El Illes Balears disfruta su clasificación para la Final Four camino de Brasil a donde llegará este lunes por la tarde para jugar la Copa Intercontinental la madrugada del jueves. Los de Vadillo siguen sin perder ni un partido en la Champions en sus dos temporadas en la competición. 

Si hace 25 años le hubieran contado a Miquel Jaume que su creación sería campeona de Europa, que llegaría a dos Final Four consecutivas sin perder ni un partido y que jugaría la Copa Intercontinental, se habría reído mucho. Él y todos los que le ayudaron a fundar el Illes Balears Palma Futsal en Manacor, mientras les habría invitado a tomar un whisky escocés de categoría para despertar de la quimera del osado que hubiera planteado semejante locura. La realidad es que, un cuarto de siglo después de su fundación, la obra maestra del fútbol sala balear no deja de sorprender con un guión inverosímil, que ni el mismo Miquel Jaume podría haber escrito mejor. El Illes Balears Palma Futsal saborea la clasificación para su segunda Final Four consecutiva camino de Foz de Iguaçú, Brasil, donde jugará, la madrugada del miércoles al jueves, la final de la Copa Intercontinental. El campeón de Europa no tiene tiempo casi para degustar sus éxitos por muy importantes que sean porque en el horizonte aparecen nuevas opciones para seguir creciendo.  

La clasificación para la Final Four por segundo año consecutivo supone otra gesta extraordinaria para un equipo que se mantiene invicto en Europa desde su debut. El campeón firma unos dígitos al alcance solo de unos pocos equipos, los más poderosos de la historia del fútbol sala. De hecho, solo dos equipos, Movistar Inter y Playas de Castellón, lograron revalidar el máximo título europeo en dos años consecutivos y solo los castellonenses lo lograron en sus dos primeros años en Europa. Es el reto que se ha ganado pelear el conjunto de Antonio Vadillo que sigue sin perder ningún partido en dos temporadas en la Champions de fútbol sala, con catorce partidos, once victorias, contando la de la final en los penaltis ante el Sporting portugués, y tres empates. El recorrido europeo es impresionante y gran parte de mérito lo tiene la afición de Mallorca, que ha visto como su equipo ha jugado once partidos en Palma al ser sede de cuatro rondas europeas consecutivas, entre ellas, la fase final en la que el illes Balears levantó el título en mayo. El club quiso aprovechar su participación en Europa para llevar la competición a Mallorca y que así los aficionados pudieran disfrutar de la UEFA Futsal Champions League en casa a pesar del enorme esfuerzo organizativo que supone para un club tan humilde como el Illes Balears, el único que volverá a jugar la Final Four siendo un club de fútbol sala y no una sección de un gran club europeo de fútbol. Las instituciones de Baleares se volcaron en el esfuerzo y apoyaron al club, que ha conseguido que Palma se haya convertido en la capital del fútbol sala a nivel mundial y crear un ambiente extraordinario.